En un primer momento, los robots de Marc Miskin reposan inmóviles, como Frankenstein, hasta que, con una sacudida, sus extremidades cobran vida. Estos robots, pero, a diferencia de la criatura novelesca, son del tamaño de una partícula de polvo. En una sola oblea, una lámina fina de silicio similar a las que se usan para...Read More
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